El pasado fin de semana me acerqué por la III edición de la Feria Gastronómica de Cáceres que se celebró en el el Pabellón Polideportivo Municipal Juan Serrano Macayo.

En general las tapas que pusieron los restaurantes, a una media de dos tickets de 75 céntimos, estaban muy bien elaboradas. Tal fue la demanda que dos de los restaurantes se quedaron sin ellas: Restaurante Javier Martín (su tapa de callos a la madrileña fue la mejor de la feria) y Restaurante Eustaquio Blanco.

En mi opinión hay tres cosas que se deberían mejorar en las siguientes ediciones:

1. El nuevo sitio sigue siendo pequeño ya que a la hora crítica del aperitivo y la comida no se podía pasar por el pasillo que quedaba entre los stand y unas barras que se habilitaron en el centro para poder degustar las tapas. Tuvieron que abrir las puertas que daban acceso al Parque del Rodeo para que la gente pudiera degustarlas en el exterior. Cáceres debería tener una feria de muestras donde poder celebrar este tipo de eventos.
2. Para mi gusto había pocos restaurantes que ofrecieran tapas elaboradas en relación con los stand que ofrecían queso, jamón o vino. Faltaron muchos hosteleros que tienen una oferta de tapas muy interesante.
3. Sólo se podía beber cerveza o vino, no se pensó en los niños, gente que no puede tomar alcohol o que simplemente no le gusta.

Según el periódico Hoy se vendieron 59.010 tickets de consumición, de manera que se cumplieron los objetivos de la organización que era superar la cifra de 42.000 del año pasado.

Más información | Hoy.es

Esta entrada fue publicada el 13 de febrero de 2008 en nuestro blog Gastronomía con los cinco sentidos.