
Hoy os dejo mi relato gastronómico Receta de una Solterada escrito para el número 4 del fanzine gastronómico enCrudo que salió en noviembre de 2012.
Receta de una solterada. Fanzine Gastronómico enCrudo
Hay momentos en la vida que uno decide dejar atrás todo aquello que le ata y le impide ser feliz. Un día coges la muda, las cuatro camisas, el equipo de música, la reflex y poco más ¡es hora de partir!
Que duro es empezar de nuevo cuando rondas los 40. Terminar de trabajar, llegar a un apartamento triste, frío y vacío, con apenas cuatro muebles. La soledad empieza a ser la compañera de tus días. ¿Los amigos de toda la vida? no puedes contar con ellos, todos están casados, unos viven en otra ciudad, otros tienen niños pequeños… en fin que no puedes contar con ellos.
Poco a poco empiezas a dar forma a ese habitáculo vacío, te empiezas a sentir a gusto. Un día compras una estantería, otro una lámpara, una vajilla… Ya está casi todo, tan sólo te falta llenar ese espacio de conversaciones, risas, murmullos…
Un viernes, al volver del trabajo encuentras la solución ¡como no se me habría ocurrido antes! ¡voy a cocinar una solterada! ¿Pero que coño es una solterada? ¿Eso se come? ¿Es una receta francesa? ¿Es una receta tradicional? Tranquilos, es una receta que tan sólo tiene tres ingredientes básicos: compañeros de trabajo, un vino y una cena.
Los compañeros de trabajo son el ingrediente básico de la solterada, gente que conoces y con la que compartes más de lo que piensas. Algunos están en tu misma situación, otros son solteros empedernidos y solitarios, y otros casados pero con ganas de volar de vez en cuando.
El vino de esta primera solterada era muy especial, lo guardabas con mucho mimo para una ocasión extraordinaria. Y que mejor ocasión que ésta para disfrutar de un Vega Sicilia “Único” de 1965, un tinto Gran Reserva de la Ribera del Duero.
El último ingrediente es la cena. En la mesa, entre las varias viandas, destacaba esta receta de guiso de conejo que he retocado ligeramente ya que mantiene su esencia original.
Cómo elaborar una receta de conejo guisado

Ingredientes para 4 personas
- 1 conejo
- 1 cebolla mediana
- 2 zanahorias
- 1 puerro
- 1 patata mediana
- 2 dientes de ajo
- Laurel
- Perejil
- Una ramita de romero
- Una ramita de tomillo
- Pimienta negra en grano
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- 375 ml vino tinto
- Agua, caldo de carne, jugo de conejo…
- Harina
- Sal
Para la guarnición
- Patatas de guarnición cocidas y salteadas en mantequiila mezclada con un poco de AOVE.
Elaboración
- Cortar el conejo en trozos pequeños y quitar la grasa que pudiera tener.
- Salar los trozos y pasar por harina. Reservar.
- Picar la cebolla, las zanahorias, el puerro y la patata en una mirepoix mediana. Reservar.
- Machar en el mortero, con un poco de sal, los ajos y el perejil. Reservar.
- Calentar el AOVE en una cacerola de suficiente altura para el guiso.
- Dorar los trozos de conejo por ambas partes y reservar en fuente aparte.
- Retirar parte del aceite de la cacerola.
- Pochar la cebolla y añadir la zanahoria, el puerro y la patata. Remover bien.
- Añadir con cuidado el vino tinto y remover para sacar los jugos que se hayan podido agarrar al fondo de la cazuela. Dejar reducir el vino.
- Añadir el conejo que teníamos apartado y el jugo que pudiera haber soltado.
- Añadir el agua o un caldo de carne hasta cubrir el guiso.
- Añadir el machado de ajo y el perejil , el laurel, la pimienta en grano y las ramitas de romero y tomillo.
- Tapar el guiso y llevar con el fuego fuerte a ebullición, después bajarlo y cocinar a fuego lento durante una hora aproximadamente. Remover de vez en cuando para que no se agarre.
- Probar y rectificar de sal si fuese necesario.
- Sacar los trozos de conejo y colocarlos en una fuente de servir.
- Reducir el caldo con la cacerola destapada.
- Retirar el laurel y las ramitas de romero y tomillo. Pasar por la batidora hasta conseguir una salsa no demasiado espesa.
- Cubrir el conejo con la salsa.
- Dar un pequeño hervor y servir caliente acompañado de la guarnición.
Adiós a la soledad con esta Receta de Solterada. Hubo muchas más, pero de esas ¡ya hablaremos!
Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia, esta historia es tan real como la vida misma y ocurrió un 30 de noviembre de 1994.
Esta entrada fue publicada el 17 de mayo de 2013 en nuestro blog Gastronomía con los cinco sentidos.
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